Articles

Hércules y sus trabajos

Desconcierto corporal

Sin enfocar la vista hacia delante, veo ilustrados mis pensamientos. Me siento en el mismo lugar cada diciembre para expresarme. Ahora lleno de rabia, un enfado pasajero que carece de cuerpo. Carece de cuerpo, y esto mismo podría ser buen título para este año. Ocupa la totalidad de mi cabeza pero sin pesar absolutamente nada. Leve. Rotunda. Ya no sé si hablo de esta rabia o de este año, y es que se confunden los dos personajes y acabaran por asesinarme, como a Cortázar. Continuidad en las aceras de mis sesos. Continuidad en las llanuras de mi espacio político. Y en los parques, cómo no. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano. La luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela. Agazapado detrás de la puerta observo como ese cuerpo de hombre que no conozco (y que a veces me da pudor ajeno) escribe, piensa y vuelve a escribir. Al mismo tiempo es capaz de reflexionar acerca de otros t